miércoles, 24 de octubre de 2012

¡CORRIGIENDO EL CRISTIANISMO SIN CRISTO! por Dr. R. L. Hymers, Jr.


Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
La Mañana del Día del Señor, 25 de Marzo, 2012
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2).

Mi sermón esta mañana se titula, “¡Corrigiendo El Cristianismo Sin Cristo!” El Señor Jesucristo está siendo excluido de nuestras iglesias. Casi nunca escuchas sermones sobre Jesucristo, y a éste crucificado en estos días malos. Pocos sermones son predicados sobre Cristo hoy en día, y menos aún sobre Su crucifixión. ¿Dónde escuchamos sermones hoy sobre Jesucristo, o sobre Su crucifixión? ¡Aún durante la Semana Santa los predicadores más modernos no se enfocan en la pasión de Cristo! En esta época apostatada Cristo se queda fuera de nuestras iglesias. ¡Él está fuera de las puertas de la iglesia, excluido, como lo fue en la iglesia de Laodicea!
El Dr. Michael Horton ha escrito un libro llamado “Cristianismo Sin Cristo” (Baker Books, 2008). El Dr. Horton dijo que la mayoría de los predicadores de hoy dejan a Cristo crucificado fuera de sus sermones. Él dijo:
El Cristianismo sin Cristo está [en todos lados] cruzando el espectro conservador-liberal y todas las denominaciones…Es fácil distraerse de Cristo como la única esperanza para los pecadores. Donde todo se mide por nuestra felicidad en lugar de la santidad de Dios, el sentido de que somos pecadores pasa a ser secundario, si no ofensivo…Yo creo que la iglesia en Estados Unidos hoy está tan obsesionada con ser práctica, relevante, útil, con éxito, y...aceptada que casi es un reflejo del mundo mismo...No hay nada que no se pueda encontrar en la mayoría de las iglesias de hoy que no podría ser satisfecho por cualquier número de programas seculares y los grupos de autoayuda (traducción de Christless Christianity, págs. 26, 15-17).
El Dr. Horton entonces citó los temas de sermones dados en un folleto de una iglesia conservadora Bautista.
“Como Sentirte Bien Contigo Mismo”
“Como Vencer la Depresión”
“Como Tener Una Vida Plena y Exitosa”
“Aprendiendo a Manejar Tu Dinero Sin que El te Maneje a Ti”
“Los Secretos de una Vida Familiar Exitosa”
“Como Vencer el Estrés” (ibíd., pág. 49).
Cristo, y a éste crucificado no es mencionado. ¡Ay de cualquier iglesia donde Cristo no es bienvenido!
Incluso en las iglesias conservadoras, donde se enseña la Biblia verso por verso, los versos son invariables sobre enseñar a la gente como tener vidas felices y exitosas. Hoy en día casi nunca se oye la antigua ley y la predicación del Evangelio. Casi nunca oímos de un pastor que diga:
“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2).
¡Qué Dios nos ayude! Lo que Cristo dijo a la iglesia de Laodicea describe muchas iglesias de hoy:
“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”
       (Apocalipsis 3:17).
Cuando yo era adolescente la gente manejaba muchas millas para escuchar grandes predicadores del Evangelio como el Dr. R. G. Lee y el Dr. W. A. Criswell. En aquel entonces el mensaje de la Cruz de Cristo era central. Pero hoy en día muchas iglesias se están convirtiendo a la música pop para llenar sus santuarios. Rick Warren está promoviendo la Iglesia con Propósito. Sus métodos incluyen:
1.  Música de rock, y aún música de rock pesado.
2.  Nada de himnos tradicionales.
3.  Remplazando el piano con instrumentos de música pesada.
4.  Vestirse casual en los servicios de adoración.
5.  No servicio de oración.
6.  Traducciones modernas de la Biblia.
7.  Las palabras “iglesia” y “Bautista” removidas del nombre de la iglesia.
8.  La eliminación de la predicación del Evangelio centrado en Cristo,
      y a éste crucificado.
9.  Las palabras “salvo,” “perdido,” “Infierno,” “Sangre,” y “nacido de nuevo”
      removidas de los sermones.
10. Cambiando “perdido” y “salvo” a “con iglesia” y “sin iglesia”.
Estos sermones están diluidos a charlas de motivación. No hay sermones completos sobre Jesucristo, y a éste crucificado.
El 23 de Mayo del 2005, en el Foro Pew sobre Religión y Vida Pública, Rick Warren dijo: “La palabra ‘fundamentalista’ en realidad viene de un documento en la década de 1920 llamado ‘los Cinco Fundamentos de la Fe’. Y es un punto de vista muy legalista y estrecho del Cristianismo.” ¿Qué objetó de esos folletos? Se opuso a los siguientes puntos, que fueron el foco de “los Fundamentos”. Él llamó esos puntos “legalistas” y “estrechos” –
1.  La inerrancia y completa autoridad de la Biblia.
2.  El nacimiento virginal y la completa Deidad de Jesucristo.
3.  La resurrección corporal de Jesucristo de entre los muertos.
4.  La muerte vicaria, expiatoria de Cristo en la Cruz.
5.  La literal segunda venida de Jesucristo.
Esos son los temas de “los Cinco Fundamentos” que Rick Warren llamó, “legalistas” y “estrechos”. Bueno, si los que creen en esas doctrinas Bíblicas históricas son legalistas y de punto de vista estrechos, ¡ponme como uno de ellos! ¡Estoy de acuerdo con cada uno de ellos! Y ponme como un predicador que todavía “me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado”. “En la Cruz”. ¡Cántala!
En la cruz, en la cruz,
   Sea allí mi gloria,
Hasta que el rio al cruzar
   Mi alma descanse.
(Traducción libre de “Near the Cross” por Fanny J. Crosby, 1820-1915).
Spurgeon, el “Príncipe de los Predicadores”, dijo, “La mentira más grande jamás contada del Diablo fue que las iglesias pueden ganar almas con el entretenimiento”. ¡Fuera con Rick Warren y su necedad del “Propósito”! No necesitamos el movimiento del “Propósito” Necesitamos escuchar predicación sobre “Jesucristo, y a éste crucificado”. ¡Cántala de nuevo!
En la cruz, en la cruz,
   Sea allí mi gloria,
Hasta que el rio al cruzar
   Mi alma descanse.
“Jesucristo, y a éste crucificado” es el tema más importante de la Biblia. Después de haberse levantado de entre los muertos, Jesús le dijo a Sus seguidores,
“¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:25-27).
“Les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. Él estaba declarando las Escrituras del Viejo Testamento. ¡Debemos hacer lo mismo! De cada libro del Viejo Testamento, y del Nuevo, debemos “declarar en todas las Escrituras lo que de él decían”. ¿Cristianismo sin Cristo? ¡Fuera de nuestras iglesias y nuestros púlpitos! ¡Declaremos “lo que de él decían” en cada servicio – a los pecadores y a los santos! Sí, ¡los Cristianos necesitan escuchar sermones sobre Jesucristo, y a éste crucificado! Yo estoy en completo acuerdo con esa canción, “De Amor Será la Historia”.
De amor será mi historia, A quien ya la escuchó
   Pues está tan atento como el que no la oyó.
Y al estar en gloria, mi nuevo canto será,
   La vieja, vieja historia que siempre sonará.
¡Cántalo!
De amor será mi historia, Será mi tema en gloria,
   Diré la vieja historia del amor de Jesús.
(Traducción libre de “I Love to Tell the Story”
   por A. Catherine Hankey, 1834-1911).
“La Iglesia con Propósito” de Rick Warren no es el único error de hoy. El “evangelio de la prosperidad” ahora está arruinando a nuestras iglesias también. Es promocionado por Kenneth Copeland, T. D. Jakes, Benny Hinn, Joyce Meyer, y Joel Osteen. Millones de personas ven estos predicadores en la televisión. Kenneth Copeland dijo: “Tú no tienes un Dios vivo dentro de ti. Tú eres uno. Eres parte integral de Dios”. ¡Tú eres Dios! ¡Qué herejía! ¡Y la gente cree esa basura! Estos predicadores predican el falso evangelio de “Dios te ama de todas maneras”. El Dr. Horton dijo: “No hay necesidad de Cristo como nuestro mediador ya que Dios nunca es tan santo y nosotros no somos tan moralmente perversos como para exigir nada menos que la muerte de Cristo en nuestro lugar. Dios es nuestro amigo. Él sólo quiere que seamos felices” (Horton, ibid., Págs. 71, 72). Si piensas que él está equivocado, escucha lo que Joel Osteen, dijo en una entrevista con Larry King, el 20 de junio del 2005.
Osteen dijo que no estaba seguro de lo que le sucedería a la gente que rechaza a Cristo. King [entonces le preguntó] sobre los Judíos, Musulmanes, y otros no Cristianos. “Ellos están equivocados, ¿verdad?” [King preguntó]. Osteen respondió, “Bueno, yo no sé si creo que están equivocados…Pero creo que solo Dios va a juzgar el corazón de las personas. Yo pasé mucho tiempo en India con mi padre. Yo no sé todo sobre la religión de ellos pero yo sé que aman a Dios. No sé. Yo he visto la sinceridad de ellos. No sé” (citado en Horton, ibíd., pp. 74, 75).
“No estoy seguro” que le va a suceder a la gente que rechaza a Cristo. “No sé” que le va a suceder a la gente que rechaza a Cristo. “¡No sé si la gente necesita a Cristo o no!” Qué diferente es el mensaje del Sr. Osteen al de Cristo, quien dijo: “Nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). El Sr. Osteen no sabe pero yo  sé. Yo  sé lo que la Palabra de Dios dice:
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”
      (I Corintios 1:18).
“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”
       (Hechos 16:31).
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
       (Hechos 4:12).
Es por eso que “me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (I Corintios 2:2). “En la Cruz”. ¡Cántala de nuevo!
En la cruz, en la cruz,
   Sea allí mi gloria,
Hasta que el rio al cruzar
   Mi alma descanse.
En estos días extraños de apostasía, el mensaje de la Cruz es raramente predicado, aún en las iglesias más conservadoras que creen la Biblia. Casi siempre es un sermón dado a los Cristianos – como si todos allí fueran salvos – ¡como si los Cristianos mismos no necesitaran oír el mensaje de la Cruz! Así la gente en esas iglesias frecuentemente es muy débil en la fe. Después de décadas de escuchar estudios Bíblicos verso por verso y sermones de motivación, pocos de ellos tienen el amor abnegado de Cristo. ¡Qué diferencia con los Cristianos del primer siglo, que escuchaban constantemente el mensaje de Cristo y la Cruz! ¿Cuántos pueden decir hoy,
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20)?
¿Cuántos pueden decir,
“Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14)?
¡Qué Dios nos ayude! El mensaje de Cristo, y a éste crucificado debe ser predicado de nuevo en nuestros púlpitos! ¡No hay esperanza para nadie sin Jesucristo, y a éste crucificado! “¡Cerca de la Cruz! O Cordero de Dios”. ¡Cántala!
Cerca de la cruz, Jesús,
   Sus escenas tráeme;
Ayúdame a andar
   Cubierto en su sombra.
En la cruz, en la cruz,
   Sea allí mi gloria,
Hasta que el rio al cruzar
   Mi alma descanse.
(Traducción libre de “Near the Cross” por Fanny J. Crosby, 1820-1915).
La última vez que mi pastor, el Dr. Timothy Lin, habló en nuestra iglesia él tenía 98 años de edad. Él me dijo algo que sigue volviendo a mí. Él me dijo: “Yo creo que Dios me ha dicho que tu iglesia tiene que alcanzar a otros”, algo así. No le presté mucha atención a él en ese momento. Pensé que estábamos haciendo lo suficiente para alcanzar a otros. Así que me olvidé de lo que el Dr. Lin dijo. Pero el pasado Martes por la noche parecía que Dios me decía: “Él estaba correcto, sabes. Es por eso que estoy bendiciendo tu ministerio en el Internet”. ¡Estaba tan emocionado por ese pensamiento que me decidí, en ese mismo momento, predicar este mensaje que estoy dando esta mañana!
Sí, nuestra iglesia está haciendo un gran evangelismo aquí en Los Ángeles. Tú sales a las calles y centros comerciales y universidades y traes a los perdidos a todos los servicios para escuchar la predicación del Evangelio de Cristo. Sí, estamos haciendo un buen trabajo de dar el mensaje de la Cruz aquí en Los Ángeles. Pero debemos llegar a todo el mundo por medio del Internet. Nuestros sermones sobre Jesucristo, y a éste crucificado ya están nuestro sitio web en 16 idiomas, y estamos agregando dos idiomas más la próxima semana. Planeamos tener los sermones en 20 idiomas para finales del verano, o antes. La próxima semana nuestros sermones sobre Cristo crucificado estarán en nuestro sitio web en 18 idiomas, en Inglés, Español, Ruso, Francés, Polaco, Urdu (Pakistán), Hindi (India), Laos, Tagalo (Filipinas), Birmano, Coreano, Japonés, Indonesio, Chino simplificado, Chino tradicional, Armenio, Camboyano, y Árabe. Nuestros registros indican que estos sermones van a 168 naciones del mundo – de Suazilandia a Nepal, desde Bangladesh a Islandia, desde Portugal hasta Afganistán, desde Etiopía hasta Hungría, desde Marruecos hasta la Costa de Marfil, de Tailandia a Líbano, desde Suiza a Rumania, desde Taiwán a China Continental, desde Costa Rica hasta Malasia, desde Rusia hasta España, desde Corea hasta Polonia, desde Indonesia hasta México, desde Australia hasta Alemania, desde Ucrania a Francia, del Reino Unido a Japón, y Puerto Rico, Kuwait, Italia, Arabia Saudita, Birmania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irlanda, Uganda, Jordania, Israel, Marruecos, Nueva Zelanda, Madagascar, Argelia, Haití, Malawi, Chipre y las islas del mar, ¡a más de 160 naciones de la tierra! ¡A Dios sea la gloria! ¡Las grandes cosas que ha hecho! ¡La Doxología! ¡Cántala!
A Dios el Padre celestial,
   Al Hijo nuestro redentor;
Y al eternal Consolador;
   Unidos todos alabad. Amén.
(Traducción libre de “The Doxology” por Thomas Ken, 1637-1711).
Predicadores nativos de estas tierras toman estos sermones en sus propios idiomas y los predican a su gente en naciones como Irán, donde ningún misionero del habla Inglesa puede ir. Muchos Cristianos se preocupan porque el “evangelio de la prosperidad” se esparce en el Tercer Mundo. Pero nuestros sermones sobre Jesucristo, y a éste crucificado están en nuestro sitio web en 18 idiomas llegando literalmente a miles de predicadores nativos en lugares donde ninguno de nuestros misioneros puede ir. Estos predicadores nativos son nuestros misioneros – ellos predican los sermones de nuestro sitio web a su gente, en su idioma.
Desde las montañas de Islandia, desde el coral de India,
Donde las fuentes de África fluyen a las arenas,
Desde los ríos antiguos, desde las palmas y playas,
Nos llaman a librar Su tierra de las cadenas del error.

¿Nosotros iluminados con la sabiduría de lo alto,
Les negaremos la lámpara de la vida?
¡Salvación! ¡Salvación! El son de gozo proclamad,
Hasta que la nación más pequeña aprenda el nombre del Mesías.
   (Traducción de “From Greenland’s Icy Mountains”
     por Reginald Heber, 1783-1826).
Y te digo atrevidamente a ti que estás viendo este video o estás leyendo el manuscrito de este sermón: “Ven y ayúdanos”. Estamos casi al fin de lo que nuestra iglesia puede hacer, aquí en la ciudad central de Los Ángeles. Si amas el mensaje de la Cruz, que predicamos, te ruego esta mañana, envíanos un mensaje electrónico y dinos que te volverás socio con nosotros enviando $50 cada mes para ayudarnos a añadir más idiomas, para alcanzar a más almas perdidas con el bendito Evangelio de “Jesucristo, y a éste crucificado”. Que Dios te bendiga por orar y apoyarnos financieramente en este gran alcance mundial. ¡Amén y amén! “En la Cruz”. ¡Cántala!
En la cruz, en la cruz,
   Sea allí mi gloria,
Hasta que el rio al cruzar
   Mi alma descanse.
Si estás aquí esta mañana, pero aun no eres salvo, te pido que confíes en Jesús, el Salvador crucificado. El murió en la Cruz para pagar la pena de tu pecado. Él derramó Su sangre preciosa para lavarte de todo pecado. Él resucitó de los muertos y ascendió de nuevo al Cielo para orar por ti, y para darte vida eterna. Arrepiéntete y confía en Jesús. Él salvará tu alma para todo el tiempo, y toda la eternidad.
Vamos a cantar “¡Cerca de la Cruz! O Cordero de Dios”. Mientras nosotros cantamos sal de tu asiento y ve atrás del auditorio. Nuestro diácono Dr. Cagan, y yo iremos a hablar contigo acerca de confiar en Jesús.
Cerca de la cruz, Jesús,
   Sus escenas tráeme;
Ayúdame a andar
   Cubierto en su sombra.
En la cruz, en la cruz,
   Sea allí mi gloria,
Hasta que el rio al cruzar
   Mi alma descanse.

Fuente:http://www.rlhymersjr.com/Online_Sermons_Spanish/2012/032512AM_CorrectingChristlessChristianity.html

viernes, 19 de octubre de 2012

¿Salvado de Que? - R. C. Sproul

INTRODUCCIÓN TOMADA DEL LIBRO

Es usted salvo? Y de qué ? R. C. Sproul trata la pregunta mas importante que cualquier persona enfrenta. Este libro es acerca de la absoluta desesperación y eterna condición de perdidos de los no salvos, pero expresa de manera clara y poderosa la provisión de salvación que Dios nos dio a través de su hijo Jesucristo. Más que eso, este libro ofrece una visión inolvidable al cielo y al regocijo y gloria que aguarda a todos los salvados.


EL LIBRO
http://books.google.com.co/books?id=rxDo1pjicaQC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

R.C. Sproul - El Significado De La Santidad

martes, 16 de octubre de 2012

"En Mi Lugar" por Horatius Bonar (1808-1889)

Hace ya muchos años, a principios del verano cuando los árboles apenas comenzaban a verdear dándonos sombra, paseaba con un amigo por la placentera orilla de un río en Escocia. Un mendigo harapiento se nos acercó para pedir limosna. Le ayudamos en algo, y comenzamos a conversar con él.  El hombre no sabía leer ni escribir. No sabía nada de la Biblia, y poco le importaba.



--Usted necesita ser salvo, ¿no es así?
--Oh sí, supongo que sí –respondió él.
--Pero, ¿acaso sabe cómo serlo? –le preguntamos.
--Creo que sí –contestó.
--¿Cómo cree que puede ser salvo? 
--No he sido un mal hombre, y hago todas las buenas obras que puedo.
--Pero, ¿serán sus buenas obras suficientes para asegurarle el cielo? –seguimos preguntando.
--Creo que sí, estoy haciendo lo mejor que puedo.
--¿Conoce buenas obras mejores que las suyas?
--Sé de las buenas obras de los santos, pero ¿cómo puedo hacerlas yo?
--¿Sabe de buenas obras mejores que las de los santos?
--No creo que pueda haber buenas obras mejores que las de ellos –dijo el mendigo.
--¿Acaso no son las obras del Señor Jesucristo mejores que las obras de los santos?
--Por supuesto que sí. Pero, ¿de qué me sirven a mí?
--Pueden sernos muy útiles si creemos lo que Dios nos ha dicho acerca de ellas.
--¿Cómo es eso?
--Si Dios está dispuesto a considerar estas obras de Cristo en lugar de las suyas, ¿no sería eso suficiente?
--Sí, sería suficiente. Pero, ¿acaso lo hará?
--Sí –respondimos--, lo hará. Esto es justamente lo que nos ha dicho. Está dispuesto a tomar todo lo que Cristo ha hecho y sufrido, en lugar de todo lo que usted pudiera hacer y sufrir, y darle a usted lo que Cristo se merece en lugar de lo que usted mismo se merece.

--¿Es éste realmente el caso? ¿Está Dios dispuesto a poner a Cristo en mi lugar?
--Sí, realmente está dispuesto a hacerlo –respondimos.
--Pero, entonces, ¿yo no tengo que hacer buenas obras?
--Sí, muchas –contestamos--, pero no para comprar con ellas el perdón de sus pecados. Usted tiene que tomar lo que Cristo hizo como el precio pagado por el perdón de sus pecados; y luego, habiendo obtenido un perdón gratuito, usted trabajará para el que lo perdona como una manera de corresponder al amor de él.

--Pero, ¿cómo puedo lograr esto? –preguntó él.
--Creyendo el evangelio, o buenas nuevas, que le explica todo acerca del Señor Jesucristo: cómo vivió, cómo murió, cómo fue sepultado, cómo resucitó... todo para bien del hombre pecador. Como dice la Biblia: “Por medio de él [Jesucristo] se os anuncia perdón de pecados... en él es justificado todo aquel que cree” (Hechos 13:38, 39).

El mendigo, asombrado, comenzó a reflexionar. El pensamiento de que las obras de otro en lugar de las suyas serían suficientes, y que podía obtener todo lo que se merecen las obras de este otro, pareció impresionarle. Nunca volvimos a encontrarnos. Pero era evidente que la Palabra había hecho un impacto en él. Pareció captarla aunque nunca la había oído antes, eran nuevas demasiado buenas para ser realidad.

Desde entonces he relatado muchas veces esta anécdota para ilustrar el evangelio; y ha tenido su efecto. El asombro del hombre ante el hecho de que las obras de otro en lugar de las suyas  eran suficientes, comunica la idea de los efectos producidos por el evangelio de Cristo. “Cristo por nosotros”, es el mensaje que anunciamos; Cristo “cargando nuestros pecados en su propio cuerpo en el madero”. Cristo haciendo lo que debíamos haber hecho nosotros, cargando lo que nosotros debíamos haber cargado; Cristo clavado en nuestra cruz, muriendo nuestra muerte, pagando nuestra deuda: todo esto para acercarnos a Dios y darnos vida eterna. Este es el mensaje puro del evangelio: que todo aquel que cree es salvo, y nunca vendrá a condenación. 

Pocos son los que no saben lo que significa la palabra “sustituto” en relación con las cosas comunes; no obstante, nos conviene considerar cómo comprender correctamente el significado de esta palabra, pues es la clave para comprender correctamente el evangelio. “Cristo por nosotros”, o Cristo nuestro Sustituto, es el evangelio o las buenas nuevas de gran gozo que los apóstoles predicaron, y que nosotros podemos anunciar aun en estos tiempos postreros a los hijos de los hombres como su verdadera esperanza. Las buenas nuevas que anunciamos no constituyen lo que Dios nos ordena hacer a fin de reconciliarse con nosotros, sino lo que el Hijo de Dios ha hecho en nuestro lugar. Tomó nuestro lugar aquí en la tierra, a fin de que pudiéramos obtener un lugar en el cielo. Como el Único Perfecto, en la vida y en la muerte, como el Hacedor y el Sufriente, Dios nos lo presenta a fin de que obtengamos el beneficio completo de esa perfección en cuanto recibimos su evangelio. Toda nuestra imperfección, por más grande que sea, desaparece ante lo completo de su perfección, de modo que Dios nos ve no como somos nosotros, sino como es él. Todo lo que somos,  hemos hecho y hemos sido, desaparece en lo que él es, ha hecho, y ha sido. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).

Esta totalidad con que cargó con los pecados el Hijo de Dios, como el Sustituto,  es la base de la fe del pecador. Es sobre esto que basamos nuestros tratos con Dios. Necesitamos a alguien que cargue con nuestros pecados, y Dios nos ha dado al  que es totalmente perfecto y divino. “El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). “Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (1 Pedro 2:24).

En cierta oportunidad conversamos sobre esto con un joven. Éste, sentado con su Biblia en sus manos, cavilaba sobre el camino de vida, preguntándose: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” Se encontraba en tinieblas y no captaba nada de luz. Era un pecador... ¿cómo podía ser salvo? Era culpable... ¿cómo podía ser perdonado?

--“No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho”, --le dijimos.
--Ciertamente que no, pero entonces, ¿cómo? --preguntó. 
--Por medio de Cristo quien lo hizo todo.
--Pero, ¿es posible esto? –siguió preguntando–. ¿Puedo ser salvo por medio de alguien que reciba el castigo en mi lugar?
--No sólo es posible, sino que así es. Esta es la manera, la única manera. Es la manera como Dios salva al pecador. 
--¿Y yo no tengo que hacer nada? –inquirió.
--Nada para ser salvo –respondimos.
--Explíqueme cómo es posible esto.

--Volvamos a la verdad acerca del sustituto. ¿Sabes qué es eso?
--Sí, ¿pero qué tiene que ver eso conmigo?
--Cristo se ofrece para ser tu Sustituto, hacer lo que te hubiera correspondido hacer a ti; sufrir lo que te hubiera correspondido sufrir a ti, pagar lo que te hubiera correspondido pagar a ti.

--¿Significa esto que Cristo de hecho ha pagado mi deuda, y que esto es lo que tengo que creer para ser salvo?
--No. Tu deuda no ha sido pagada hasta que creas: cuando crees queda pagada, pagada una vez por todas, una vez para siempre; pero no hasta que creas..
--Entonces, ¿cómo es la obra de Cristo, como el Sustituto, buenas nuevas para mí?

--Supongamos que hay suficiente dinero depositado en el banco para pagar doblemente tus deudas, y lo único que tienes que hacer es solicitarlo. Entregas tu cheque, y recibes el dinero inmediatamente.
--Entiendo, entiendo –dijo el joven--. Es “creer” lo que realmente me hace poseedor de todos los frutos de la obra de haber cargado los pecados sobre sí mismo en la cruz.
--Sí, exactamente. O déjame decirlo de otro modo. Cristo murió por nuestros pecados. Él es nuestro Sustituto. Se te presenta como tal. ¿Estás dispuesto a aceptarlo como tal, para que pague todas tus deudas y perdone todos tus pecados?
--Sí. Pero quiero comprenderlo mejor porque me parece demasiado sencillo.

--Bueno, digámoslo de esta forma: Dios ha provisto un Sustituto para los culpables, quien, hace siglos, sufrió por nuestros pecados, el Justo por los injustos. El Padre te presenta este sustituto perfecto y te pide que aceptes la sustitución. El Hijo se te presenta, ofreciendo ser tu Sustituto. El Espíritu Santo te lo presenta como un Sustituto. ¿Lo aceptas? El Padre está dispuesto, el Hijo está dispuesto, el Espíritu está dispuesto. ¿Estás tú dispuesto? ¿Das tu consentimiento?
--¿Eso es todo? –preguntó él.
--Sí, lo es. Tu aceptación de Cristo como tu Sustituto marca el amanecer de un nuevo día, de una nueva vida.


Así es cómo se rompen las cadenas del pecador y éste es puesto en libertad para servir a Dios. Primero libertad, luego servicio; el servicio de hombres libres de la condenación y de la esclavitud. Es por aceptar al Sustituto divino que el pecador es puesto en libertad para servir al Dios vivo. La libertad que fluye del perdón recibido de este modo es el verdadero comienzo de una vida santa.

Por lo tanto, si he de vivir una vida santa, tengo que comenzar con el Sustituto, tengo que recurrir a él para recibir perdón y liberación. Porque por él somos “librados de nuestros enemigos, sin temor” le serviremos “en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días” (Lucas 1:74, 75).
Si he de servir a Dios, y si he de poseer la “verdadera religión”, tengo que empezar con el Sustituto; porque la religión comienza con el perdón; y sin el perdón, la religión es una profesión de fe débil y molesta. “Empero hay perdón cerca de ti, para que seas temido” (Salmo 130:4). Esta es la consigna divina. No primero temer a Dios y entonces ser perdonado; en cambio, primero ser perdonado y entonces temer a Dios.


lunes, 15 de octubre de 2012

Por qué hay tantas iglesias cristianas?
















¿Y por qué hay tantas iglesias cristianas, algunas tan distintas de otras? Antes de responder, déjenme contarles una parábola, que le escuché a mi pastor.
Un grupo de ciegos fue llevado a conocer a un elefante, pues sentían enormes deseos de saber qué cosa era. Su guía, un viejo profesor que también había perdido casi la vista, los colocó alrededor del manso paquidermo. Con paciencia, cada uno de los invidentes tocó una parte del cuerpo del enorme mamífero. La trompa, los colmillos, las orejas, las patas, el estómago, la cola, la piel rugosa y gruesa.
Ya de regreso, el viejo profesor comenzó a preguntarles su experiencia.
–Descríbanme, por favor, qué cosa es un elefante –les pidió.
–Un elefante –se apresuró el más adelantado de la clase– es una cosa larga y serpentosa, con un par de orificios al final, que resoplan con gran fuerza.
–Estás loco –le arrebató la palabra otro ciego. Un elefante es como una columna. Grueso, pero no frío. Duro, pero al mismo tiempo con vida. No alcanzas a abarcarlo si lo abrazas.
–Jajajaja –soltaron la carcajada un par de ellos, acostumbrados a sentarse, juntos, hasta el fondo del salón, y uno les respondió: De veras que ustedes desvarían. El elefante si es algo duro, como marfil, pero no es grueso, sino delgado y puntiagudo hacia el frente, como un largo cuerno de…
–¡Necios!, aparte de ciegos están ustedes locos –interrumpió el más joven. ¿Que acaso no lo toqué yo con mis propias manos? El elefante no es otra cosa que una tira corrugada de piel delgadita y entrelazada, que se mueve oscilatoriamente.
Y así, cada uno intentaba imponer su verdad a los demás, levantando cada vez más la voz y tratando de encontrar argumentos para descalificar la verdad del otro. El viejo profesor intentaba inútilmente de que el grupo volviera a la calma.
La pregunta es: ¿cuál de todos los ciegos estaba diciendo la verdad? ¿Alguno de ellos mentía? ¿Era el elefante, en realidad, lo que ellos decían? ¿Quién tenía la razón?
Esta narración viene a cuento porque ilustra a la perfección por qué hay tantas doctrinas diferentes y hasta en cierta manera contradictorias, que reflejan la manera en que los grandes teólogos y las iglesias postulan sus doctrinas.
La Biblia, que es nuestra única regla de fe, afirma en la primera carta del apóstol Pablo a los Corintios (13:12) que “ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara a cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido”.
Querer conocer a Dios, que de eso se trata la teología, es un propósito inaudito y soberbio de parte del hombre. Nuestra pequeñez, en comparación con lo grande y sublime de Dios, no puede concebir su esencia, lo que Él es, sino sólo a través de lo que Él ha querido revelarnos en las Sagradas Escrituras.
Veo, escucho y leo a grandes teólogos, y a sus miles de seguidores, exponer sus postulados o la intepretación de las doctrinas contenidas en la Biblia y se me figura como a ese grupo de invidentes.
Ciegos espirituales vociferando verdades inamovibles sobre la predestinación o el libre albedrío; postulados eternos sobre la trinidad o sobre un solo Dios; sentencias que no dejan lugar a dudas sobre la divinidad o la humanidad de Jesús el Cristo… y así, lo mismo sobre el infierno, el bautismo, la santa cena, el milenio, la gran tribulación, la santidad y un largo e interminable etcétera…
Se creen y hasta se dicen Dueños de la verdad absoluta, de la revelación y la unción divina, pregoneros de la Iglesia Verdadera y Única.
Y oigo, veo o leo con tristeza a todos esos ciegos gritando sus verdades a los cuatro vientos, al mismo tiempo que maldicen y mandan al infierno a todos aquellos que no piensan como ellos.
Y me remito a la anécdota del principio. ¿Tenía oportunidad alguno de los ciegos de entender qué cosa era un elefante? Incluso teniéndola, ¿les iban a creer los demás?
Ahora bien, trasladándolo a nuestro conocimiento de Dios, guardando las proporciones, ¿alguno de nosotros, miserables mortales, podrá siquiera entender un poquito de la inmensidad, la magnitud y el poder del Altísimo? ¿No estamos, como esos pobres ciegos, gritando verdades a medias basadas en conocimientos parciales y experiencias limitadas?
¿Alguno de los grandes teólogos –incluido san Pablo y… aquí ponga el nombre de su más preciado apóstol, profeta, líder religioso, pastor u obispo, reformador, a quien usted más admire– pudo haber abarcado algo más que una pequeñísima parte del conocimiento de lo que realmente es Dios? Y aun teniéndola, ¿le creerían los demás?
Llego a la conclusión de que todos los ciegos tenían razón (una parte de la razón), pero ninguno tenía razón (es decir, no toda la razón).
Viendo ahora la realidad espiritual, “como por espejo”, a cada uno de nosotros, ciegos de nacimiento, se nos ha revelado solamente una parte de la verdad espiritual, y sobre ese conocimiento habremos de dar cuenta.
¡Ah! ¿Ya ven? –atajaran algunos necios– ¿ya ven cómo todos los caminos conducen hacia Dios y todas las religiones llevan a lo mismo? Todos tenemos una parte de la verdad, razonarán.
No te equivoques, hermano, amigo. La Biblia expone claramente que aunque todos los caminos parecen buenos al hombre, sólo hay uno que conduce a la vida eterna, y se llama Jesucristo.
Con esta reflexión no estoy justificando las falsas enseñanzas de los lobos rapaces que desvían a las ovejas hacia enseñanzas extrañas, antibíblicas; doctrinas de hombres y de demonios que nos alejan de la Verdad.
No. No me refiero a quienes, retomando la anécdota, son llevados a conocer no al elefante, sino a víboras, alacranes y tepocatas. Ciegos, guías de ciegos, que juntos caminan al abismo.
Me refiero a las congregaciones donde únicamente se predica la Palabra de Dios.
Pero, ¡ah, mi hermano!, precisamente como la Iglesia en Laodicea del Apocalipsis, los actuales predicadores y sus fans se sienten poseedores de la verdad, y dicen para sí mismos: “Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa”, pero la Santa Palabra les contesta: “y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo”.
En ese mismo mensaje está el remedio: el colirio que puede aclararte la vista es la Palabra de Dios, para saber que a tu hermano le ha sido dada, también, una parte de la infinita revelación de Dios.
Porque cada uno de nosotros habremos de comparecer un día ante el Tribunal de Cristo. Y quizás entonces, sólo entonces, después de conocer en todo su esplendor al Rey del Universo “cara a cara”, “tal y como Él es”, nos arrepentiremos de haberles dicho herejes y haber maldecido a quienes no pensaban como nosotros… aunque como nosotros habían sido redimidos por la sangre del Cordero.

 Abner Chávez Ocampo
Fuente:http://lavozdelamado.wordpress.com/2012/10/15/por-que-hay-tantas-iglesias-cristianas/


1 Timoteo 6

3. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
4. está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
5. disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.

miércoles, 10 de octubre de 2012

FBI y CIA Dirigen Red Mundial Pedofilia (Caso Franklin)

SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS!!!
 Mateo 24:12. y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.


 Tal ves hayan quedado escandalizados por lo que escucharon en estos vídeos, pero con todo y eso, es mas preocupante que muchas personas que dicen ser cristianas están cometiendo actos mas repugnantes de desobediencia ante el Señor, porque por causa de ellos el nombre del Señor esta siendo blasfemado, por eso....

 Hechos 3:19: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.

Todo aquel que no se arrepiente, perecerá igualmente que cualquiera de estos pedofilos, porque están en las manos de un Dios airado.

 PECADORES EN LAS MANOS DE DIOS
Sermón predicado por Jonathan Edwards en Julio 1741 y narrado por David Barceló.

http://www.sermonaudio.com/playpopup.asp?SID=1029071152170

viernes, 5 de octubre de 2012

J.C. Ryle (1816-1900) - ¿Ha Nacido Usted de Nuevo?

Jesucristo dijo, “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Esta es una de las cuestiones más importantes en la vida de todo ser humano. No es suficiente responder “Soy miembro de una iglesia; supongo que soy cristiano”. Miles de cristianos nominales no muestran señal alguna de haber nacido de nuevo, las cuales se mencionan en las Sagradas Escrituras, principalmente en la Primera Epístola de Juan.

No practica el pecado  

En primer lugar, el apóstol Juan escribió: “Todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado” (1 Juan 3:9). “Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado” (5:18). 

Aquella persona que ha nacido de nuevo, que ha sido regenerada, habitualmente no comete pecado. No exhibe una inclinación total hacia el pecado. Probablemente hubo algún tiempo en que dicha persona no se detenía a pensar si sus acciones eran pecaminosas o no, y no siempre sentía aflicción tras hacer el mal. No había una lucha entre el y el pecado; ambos eran amigos. Pero un verdadero cristiano odia el pecado, huye de el, lucha en su contra, lo considera su mayor calamidad, resiente la carga de su presencia, sufre cuando cae bajo su influencia, y anhela liberarse completamente de el. El pecado ya no le place; se ha convertido en algo horrible y que odia. Sin embargo, no puede eliminar su presencia dentro de el. 

Si dijese que en él no hay pecado estaría mintiendo (1 Juan 1:8). Pero sí puede decir que odia el pecado y que el mayor deseo de su alma es no cometer pecado en absoluto. No puede evitar tener malos pensamientos, omisiones y defectos tanto en sus palabras como en sus acciones. El sabe que “en muchas cosas ofendemos” (Santiago 3:2). Pero puede decir con certeza, delante de Dios, que estas cosas le ocasionan dolor y pena, y que su ser no se complace en ellas. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo? 


Cree en Cristo  

En segundo lugar, San Juan escribió: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios” (1 Juan 5:1). 

Un hombre que ha nacido de nuevo, que ha sido convertido, cree que Jesucristo es el único Salvador que puede perdonar su alma, que El es la persona divina designada por Dios Padre para dicho propósito, y que fuera de El no hay salvación alguna. En sí mismo no encuentra valor alguno. Pero tiene confianza plena en Cristo, en que todos sus pecados le han sido perdonados. Puesto que ha aceptado la obra completa y muerte de Cristo en la cruz, el cree que es considerado justo delante de Dios, y puede esperar la muerte y el juicio final sin miedo. 

Podrá tener temores y dudas. Inclusive decir que a veces siente como si no tuviera fe en absoluto. Pero pregúntele si está dispuesto a confiar en cualquier cosa o persona en vez de Cristo, y verá lo que le responderá. Pregúntele si depositaría su esperanza de vida eterna en su propia bondad, sus propias obras, sus oraciones, su guía espiritual, o su iglesia, y escuche su respuesta. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo? 


Hace justicia  
En tercer lugar, Juan escribió: “Todo el que hace justicia es nacido de El” (1 Juan 2:29). 

El hombre que ha nacido de nuevo, o se ha regenerado, es un hombre santo. El busca vivir acorde a la voluntad de Dios, hacer las cosas que agradan a Dios y evitar aquellas que Dios aborrece. El desea mirar continuamente a Cristo como ejemplo a seguir y como su Salvador, y demostrar ser su amigo guardando sus mandamientos. El sabe que no es perfecto. Es consciente de su corrupción inherente. Percibe un principio de maldad dentro de si mismo que lucha constantemente por separarle de la gracia de Dios. Pero el no lo consiente, aunque no puede prevenir su presencia. 

Aunque a veces puede sentirse tan despreciable al punto de cuestionarse si en verdad es cristiano o no, aun así será capaz de decir, como John Newton, “no soy lo que debería ser, no soy lo que quiero ser, no soy lo que espero ser en otro mundo; pero aun así no soy lo que fui alguna vez, y por gracia de Dios soy lo que soy”. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo? 


Ama a otros cristianos  

En cuarto lugar, Juan escribió: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los hermanos” (1 Juan 3:14). 

Un hombre que ha nacido de nuevo tiene un amor especial por todos los discípulos verdaderos de Cristo. Ama a todos los seres humanos con gran amor general, pero tiene un amor especial por quienes comparten su fe en Cristo. Al igual que su Señor y Salvador, el ama a los peores pecadores y se aflige por ellos; pero el siente un amor peculiar por aquellos que son creyentes. Nunca se siente tanto en casa como cuando se encuentra en su compañía. 

El los considera a todos como miembros de una misma familia. Son sus compañeros de batalla, luchando contra el mismo enemigo. Son sus compañeros de viaje, marchando a lo largo del mismo camino. El los comprende, y ellos lo comprenden. Podrían ser muy diferentes a el en muchos sentidos - en rango, en riqueza. Pero eso no importa. Ellos son hijos e hijas de su Padre y el no puede evitar amarlos. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo? 
  
Vence al mundo  

En quinto lugar, Juan escribió: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo” (1 Juan 5:4). 

Un hombre que ha nacido de nuevo es cuidadoso de su propia alma. No solo intenta evitar el pecado sino también todo aquello que pueda conducirle a el. Es cuidadoso respecto a quienes le acompañan. El sabe que la comunicación perversa corrompe el corazón y que la maldad atrae más que la bondad, así como la enfermedad es más contagiosa que la salud. Es cuidadoso sobre el empleo de su tiempo; su principal deseo es usarlo en forma provechosa. 

El desea vivir como un soldado en país enemigo - portando su armadura en forma continua y siempre preparado para las tentaciones. Es diligente siendo un hombre de oración, vigilante y humilde. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo? 


La Prueba  

Estas son las cinco características principales de un cristiano que ha nacido de nuevo. 

La notoriedad de las mismas es muy variable entre diferentes personas. En algunas apenas son perceptibles. En otras son muy marcadas, inequívocas, de tal manera que todos pueden percatarse de ellas. Algunas de estas características sobresalen más que otras en diferentes individuos. Es raro que sean igualmente evidentes en cualquier persona. 

Pero aun después de tomar en cuenta posibles diferencias, tenemos aquí cinco aspectos que marcan a un sujeto que ha nacido de Dios. 

Como debemos reaccionar ante estas cuestiones? Lógicamente solo podemos concluir una cosa - sólo aquellos que han nacido de nuevo muestran estas cinco características, y quienes no las tienen no han nacido de nuevo. Esta es la conclusión a la cual el apóstol nos quiere hacer llegar. Posee usted estas características? Ha nacido usted de nuevo?


Fuente - http://www.cristianismobiblico.com/ha-nacido-usted-de-nuevo.html

jueves, 4 de octubre de 2012

George Whitefield (1714-1770) - El Espíritu Santo Convenciendo al Mundo

Mi idea de estas palabras, es mostrar la manera en que el Espíritu santo generalmente trabaja en los corazones de aquellos, quienes a través de su gracia, son hechos vasijas de misericordia, y trasladados del reino de la oscuridad al reino del querido Hijo de Dios.

George Whitefield



EL LIBRO
http://www.cristianismobiblico.com/uploads/5/4/8/3/548335/whitefield_espiritu_santo.pdf

martes, 2 de octubre de 2012

Adrian Rogers -Lo Que Cada Cristiano Debe Conocer - Verdades Fundamentales Para El Crecimiento de Su Fe

INTRODUCCIÓN TOMADA DEL LIBRO

 "Adquiere la verdad y no la vendas…" (Proverbios 23:23)• Debemos apreciar la verdad. No hay manera de ser un cristiano feliz y victorioso sin una firme convicción basada en una verdad fundamental.• Debemos adquirir la verdad."Adquiere la verdad". La salvación es gratis, pero la búsqueda de la verdad escostosa. Aunque el discipulado es costoso, la ignorancia es mucho más costosa. La búsqueda le costará tiempo precioso, disciplina y obediencia, pero bien vale la pena.• Debemos conservar la verdad."No la vendas". Algunos nos tentarán a "venderla". No lo haga. Aférrese a laverdad y nunca la deje ir.

Cuando el hijo de Diosama la Palabra de Dios y ve al Hijo de Dios,es transformado por el Espíritu de Diosa la imagen de Dios, para la gloria de Dios, porque ha encontrado la verdad de Dios. Este libro trata de la verdad fundamental que cada cristiano debe conocer. Esta escrito para ser claro pero no por eso simplista. Es tanto para el nuevocreyente como para quienes parecen estar estancados en su caminar cristiano

EL LIBRO
http://books.google.es/books?id=cFsgkquSKMYC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false