martes, 19 de diciembre de 2017

TU SER QUERIDO SE FUE PERO LOS DEMAS SIGUEN VIVOS.





Cuando un ser querido muere, es normal sentir un profundo dolor. En la biblia encontramos que cuando Lázaro murió, sus hermanas se entristecieron mucho.


En Juan 11:21-27 leemos: Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.


Hay una esperanza para aquellas personas que mueren en Cristo, y esto debe darnos tranquilidad a todos aquellos que confiamos en Él. El dolor por el ser amado va a seguir, pero Dios con su amor y misericordia da mucha fortaleza y en algún momento ese dolor se va alivianar, aunque a nuestro ser amado jamás lo vamos a olvidar.


Cuando leemos unos pasajes mas arriba de este capitulo encontramos que mientras Martha salió al encuentro de Jesús, María se quedó en casa. María fue la que cuando en una ocasión que el Señor Jesús los visitó, cuando aun Lázaro seguía con vida, María se sentó a los pies a escuchar atentamente la palabra de Dios, pero ahora en medio de la tristeza, no solo está ignorando a su hermana Martha, sino que por causa del profundo dolor no sale al encuentro del Señor.


No podemos dejar que el dolor nos embargue, hasta el punto de olvidar que hay seres queridos a nuestro alrededor, y que algunos de ellos son indefensos como nuestros hijos. Muchos expresan en medio del dolor...¡Quiero morir! Esto es triste, pero mas triste es olvidarnos de ese Dios tan amoroso que es quien nos consuela en medio del dolor.


Pareciera que la vida de muchos fuera esa persona que partió, pero el verdadero cristiano sabe que hay esperanza y esa esperanza es Cristo.


La palabra del Señor dice en 1 Tesalonicenses 4:13-17 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.


Debemos esperar confiados, volveremos a ver a nuestros seres queridos, pero lo más importante es que nuestra esperanza es Cristo, y que nuestro deseo de una resurrección futura debe ser porque vamos a poder adorar por la eternidad al Señor junto con el ser amado que se nos adelanto, pues en medio de todas las angustias, incluyendo ese momento cuando ese ser querido partió, Él siempre ha estado con nosotros.


NO HAY MAYOR ALEGRIA QUE VIVIR PARA CRISTO AUN EN MENDIO DE DOLOR!