INTRODUCCIÓN
Si todos tuviéramos la fe de esperar en Dios en ferviente oración de fe tendría lugar un avivamiento genuinamente del Espíritu Santo, y el Dios viviente tendría toda la gloria. En Manchuria y en China, cuando no hacíamos otra cosa que dar la prédica y que la gente orara, manteniéndonos tan poco visibles como fuera posible, vimos las más poderosas manifestaciones del poder divino.Si tuviera yo la riqueza de un millonario, pondría
Pasión por las Almas
en cada hogar cristiano de este continente y esperaría confiadamente un avivamiento que barrería todo el mundo.
EL LIBRO
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